Ciberbullying: un caso real
El acoso escolar es uno de los mayores temores entre niños y adolescentes. En los últimos años se ha roto el silencio sobre esta práctica que sufren muchos jóvenes a los que sus compañeros les tratan de manera cruel con el fin de someterlos. Según los resultados de una encuesta a más de 21.000 estudiantes de la ESO en España, recogida en un informe de la ONG Save the Children, Yo a eso no juego, un 9,3% ha sufrido acoso, lo que eleva el número de víctimas 111.000. Ese fue el caso Alexandra Pereira, influencer creadora de la marca Lovely Pepa, quien sufrió acoso en el colegio. Pero los tiempos cambian y en nuestra sociedad, esta forma de maltrato –psicológico- se ha traslado a las redes sociales. Lo saben bien las ‘bloggers’ e ‘influencers’, como Pereira (no ha sido la única) que recientemente han denunciado este tipo de comportamientos en Internet, conocido como el ciberacoso.
Las nuevas tecnologías han irrumpido con mucha fuerza y muchas oportunidades, aunque también existen riesgos y, a veces, amenazas en el sentido literal de la palabra. Las encuestas muestran que un 6,2% de alumnos entre 12 y 16 años ha sufrido ciberacoso, es decir, unos 82.000 menores. Sin duda, las malas prácticas también han conseguido abrirse paso en el mundo digital y la exposición pública a la que se someten ciertas bloggers ha provocado recelos, comentarios despectivos y hasta insultos y amenazas contra su persona.
A Lovely Pepa le daba vergüenza contar su historia, la historia de su adolescencia cuando sufría acoso escolar. Pero “salí fuerte”, afirma en el vídeo de Youtube donde ha contado su experiencia personal. Aquella personal le permitió hacerse más fuerte y salir adelante, quizá para hacer frente a lo que se le vendría encima años más tarde: el acoso llegó a través de uno de los foros de la web de una revista de moda de renombre. «Cuando abrí el blog empecé a recibir comentarios despectivos sobre mi aspecto físico, pero no les di importancia porque me parecen infantiles», explica, «pero el mundo de los blogs fue creciendo y se crearon algunos dedicados a criticar y a desprestigiar a bloggers de moda. En alguno, incluso, se llegó a desear mi muerte», relata en el vídeo.
Algunos comentarios se mofaban sobre su aspecto físico y sobre ello, Alexandra no quiso darle mucha importancia. Pero la cosa fue a más: “Se me llegó a desear la muerte”. Incluso se habló en algunos comentarios del intercambio de su sexualidad para trabajar con unas marcas. “¿Si una mujer está triunfando y trabajando con ciertas marcas es porque ha tenido que hacer trabajos sexuales?, se pregunta la creadora de tendencias.
Al principio Alexandra ignoraba estos comentarios porque pensaba “ya se cansarán…”. Pero las difamaciones continuaron en un foro dedicado exclusivamente a hablar de Lovely Pepa, que contenía más de 70.000 mensajes de odio, insultos, incitación al odio, aberraciones.
Los creadores del foro lo eliminaron tras la denuncia de Alexandra Pereira. Entonces, comenzó la campaña contra el acoso en Internet y redes sociales a raíz de la publicación del vídeo de Pereira, muy afectada, por los mensajes de odio que lleva años acumulando. LovelyPepa había abierto la caja de pandora. Pocos días después de que esto ocurriera, diversos youtubers e influencers, como MeloMore, Andrea Compton y Gominuke han participado en la misma causa en la campaña promovida por Google #YoMeSumo, con el fin de erradicar estas conductas abusivas y el odio en Internet.
Las conductas de odio en la Red se difunden más rápidamente porque cuentan con la virtualidad, y combatir este tipo de acoso no es tarea fácil. Eso sí, ya existen muchas voces que alzan su voz contra estos ataques.
Autor: Paula Sendín Rodríguez, Periodista.