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Tener un hijo es una experiencia única en la vida de las personas. Es muy común que padres y madres estén eufóricos y pasen a compartir el día a día del bebé en redes sociales. Sin embargo, esa es una actividad que también requiere cierta calma.

Eso porque infelizmente algunas de esas fotos y vídeos pueden ser exploradas de forma maliciosa. Pequeños momentos del día a día, como la hora del baño, una zambullida en la piscina o incluso el acto de amamantar pueden ganar connotaciones que no existían originalmente por personas mal intencionadas. Y, como ya sabemos, una vez que una información entra en Internet es muy difícil contener su propagación.

Eso no quiere decir que no se deban compartir momentos de alegría con amigos y familiares. Lo que se recomienda es tomar algunos cuidados. Lo principal es estar atento a sus configuraciones de privacidad en redes sociales. Lo ideal es que solamente personas muy cercanas tengan acceso a esas fotos.

Y, en el caso de los hijos más grandes, también es bueno poner atención. Muchas veces, los padres exponen a los hijos adolescentes sin notarlo. “La adolescencia es una época en que construye la personalidad, y ellos se quieren diferenciar”, explica la coordinadora psico-social de SaferNet, Juliana Cunha. “Por eso, exponer demasiado a los hijos en esa edad puede generar situaciones incómodas y una pérdida de confianza en los padres.”

Para no forzar a los hijos y no hacerles pasar por lo que ellos considerarían en algunas ocasiones como una “humillación”, es bueno pensar antes de publicar y preguntarse si ellos querrían que esa foto o ese comentario estuviera en la Red. “Si usted cree que a su hijo no le va a gustar, lo mejor es no publicar”, opina Juliana. “En la duda, pregúnteles a ellos”.

Equipo de redacción de contenidos de Dialogando.

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