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El vídeo es uno de los reyes del contenido online. Niñas, niños y adolescentes ya prefieren buscar en YouTube antes que en Google y, muchos de ellos, han pasado de espectadores a creadores de contenido audiovisual. Eligen lo que ven en cada momento, no necesitan una parrilla televisiva y, sí, son youtubers, en ocasiones, incluso antes de cumplir los 10 años. ¡Hemos pasado del “mamá, quiero ser artista” al “mamá, quiero ser youtuber”!

Actualmente, YouTube es el espacio de vídeo más utilizado de la Red. Lanzó YouTube Kids, una aplicación gratuita para Android e iOS que permite ver los vídeos adecuados para peques de la web general. Sin embargo, a pesar de que el filtrado parece ser correcto, hubo algunos retos en cuanto al contenido publicitario, ya que esos filtros no funcionaban tan bien con la publicidad, aunque parece ya solucionado. Esta idea no es nueva, de hecho, otras empresas ya realizaban esta tarea de filtrado de vídeo de YouTube, como por ejemplo Chiquitube para peques hasta 5 años o lo que en su día fue VideoMonster.

Además, no debemos olvidar YouTube Edu, el espacio de vídeo con contenido audiovisual educativo y categorizado por etapas escolares.

Casi al mismo tiempo nació Vine Kids, una aplicación con el mismo funcionamiento de la anterior, pero específicamente de la app de Twitter, Vine, con vídeos de máximo 6 segundos que se repiten en bucle. Ya comentábamos cómo el año 2015 se convertía en el año del vídeo infantil. No en vano, han surgido otros tantos canales específicos como el National Geographic Kids.

Todos estos acercamientos de las grandes empresas al público infantil nos ofrecen la posibilidad de adecuar mejor los contenidos a nuestras hijas e hijos, pero también nos demuestra el interés económico que tiene este grupo de ciudadanos menores de edad. Así, debemos aprovechar ese interés para entender que todas y todos somos parte de lo que hay en Internet, de lo que nuestros chiquis ven y de la educación que les damos.

Por otro lado, son muchas las apps para la creación de vídeo por los menores: desde la propia cámara del teléfono móvil, cada vez de mejor calidad y con más opciones de edición; hasta apps específicas. Instagram, muy utilizada por los adolescentes para compartir fotografías y hablar en privado, posee la opción de vídeo, si bien no ha triunfado entre ellos. Vine, de la que ya hemos hablado o YouTube también lo posibilita. Otras como Video Star para hacer vídeos musicales tienen una mayor aceptación y debemos estar atentos a YouNow, la app de livestreaming, es decir, vídeo en directo, que según Yahoo triunfa entre los adolescentes a espaldas de Periscope que lo hace en el mundo adulto.

Las oportunidades del vídeo son muchas y muy valiosas y nosotras y nosotros, como adultos, seguro que las hemos experimentado. Sin duda, puede ser un espacio de ocio interesante, así como de formación y complemento educativo. Incluso puede ser el eje fundamental de la transmisión de conocimientos y conceptos que en clase pondrán en práctica gracias a metodologías de enseñanza-aprendizaje como el flipped classroom.

Uno de los retos puede ser el filtrado de contenido adecuado para cada edad, algo que sin duda acompaña a todos los contenidos accesibles online. Quizá, la solución sea el trabajo conjunto con las empresas, tanto creadoras y distribuidoras, como publicitarias. Cuidar de nuestros menores será cuidar de nosotros mismos… ¡algún día lo entenderemos! Quizá, cuando dentro de 10 años nuestros nacidos en Internet, que no nativos digitales, comiencen a tener bebés y experimenten cómo es educar a sus pequeños en aquello en lo que no han sido formados.

A continuación os damos algunas ideas para tratar con contenido en vídeo en el hogar:

Comparte tiempo de visionado de contenido audiovisual con tus hijas e hijos. Permíteles que elijan, que se equivoquen y que puedan conversar contigo.

Revisa vídeos antes de verlos con ellos para conocer el contenido y adelantarte a posibles situaciones. Incluso puedes abordar temas educativos que desees hablar con ellos.

– ¿Hacéis vuestros propios vídeos? ¡Es un gran aprendizaje! Aprovecha para aprender a editarlos y, si vais a compartirlos, revisad con qué niveles de privacidad, a quién se lo enviaréis, en qué red social, con qué imagen digital…

– Pídeles que si van a compartir un vídeo se hagan tres preguntas:

  1. ¿Tengo el permiso de las otras personas que aparecen en el vídeo?
  2. ¿Es un vídeo divertido, interesante y que no es ofensivo para nadie?
  3. ¿Pondría el vídeo en la pantalla de clase? Si viera ese vídeo dentro de 10 años ¿me gustaría?

Antes de grabarle en vídeo, pregúntale si desea que le grabes. Cuando hayas terminado, enséñaselo y pídele su opinión. Si lo vas a compartir con alguien, pídele permiso, más todavía si lo divulgarás en una red social: estás desarrollando su propia identidad digital.

Si tu hija o hijo quiere ser youtuber explícale todas sus implicaciones. Puede ser un hobbie, pero también un trabajo y, en ocasiones, más sacrificado que otras profesiones, aunque ellos solo vean como El Rubius o Vegetta se lo pasan pipa jugando a videojuegos: Willyrex lo explica fenomenal en EBEuskadi 13 y podéis ver su conferencia juntos.

 

Autor: Diana González, especialista en educación y TIC de la Escuela de Tecnología del Planetario de Pamplona y colaboradora de Dialogando.

Responsable de Comunicación de Navarra Arena y experta en Identidad Digital.

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